De un ataque al corazón esta tarde se murió un payaso.
Lo mas divertido del caso que mientras su cuerpo estaba inerte,
la gente aplaudía y aplaudía,
al mismo tiempo pedía qué él repitiera su muerte.
Es al payaso en esta vida a quién Dios lo destinó a sufrir,
pues tiene que hacerte reír aunque tenga su alma herida.
Con mi sonrisa fingida tengo apenas que ocultar,
más si yo, el payaso, pudiera hablar y contar mis amarguras
hasta las almas más duras podrían conmigo llorar.
Al ver mi cara pintada todos ríen con placer
sin llegar a comprender que mi vida es desgraciada
si lanzo una carcajada todos creen que es de alegría
más no comprenden que la suerte impida
que más riendo estoy,es un paso más que doy
en pos de mi tumba fría.
No pidáis que me ría, que de mi propia risa me espanto,
he reído tantas carcajadas de dolor en este mundo traidor.
Me han enseñado a reír con llanto y llorar con carcajadas.
Mañana cuando el payaso muera todos lo echarán al olvido
más de mi que te has reído nunca mas te acordarás
como música pasajera que viene y se va.
Por eso público querido usted que me ha brindado su aplauso
que me llena de gozo,el último aplauso te pido
quedarme satisfecho poniéndolo en tu carne
y llevándolo en nuestro pecho
como payasos bien agradecidos.
2 comentarios:
Y ni hablar de la mujer del payaso... que casi nunca disfruta de las gracias pero sí de las cuitas... se sufre pero se goza! No te conocía la faceta de poeta, jajaja
Conozco ese relato es del libro Recuerdos de Ituto, Payaso Chileno de Circo, aunque aca esta un poco cambiado me parece no se hace mucho que lo lei, muy lindo
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